MUSEO PATRIMONIO CABECERA 14


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CRONOLOGÍA: 1570

ESTILO: Barroco. Portada Manierista


UBICACIÓN


HISTORIA

El Centro Socio Cultural "El Socós" se encuentra ubicado en el edificio que fue iglesia del Convento de Agustinos de Jérica.

Según cuenta Fr. Jaime Jordán en su libro "Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín", escrito en 1712, en el capítulo XXIV cuenta que, a raíz de la peste de 1348, más de cinco mil agustinos fallecieron. De los pocos que sobrevivieron, muchos decidieron abandonar los conventos para buscarse la vida. Desde entonces, recomponer la Orden fue una tarea que se intentó en varias ocasiones, de forma infructuosa.

Por el año 1569 "por autoridad Apostólica, con Breve del Papa Pío V, y por orden de Felipe Segundo de España", se ordenó la reforma de la Orden de Agustinos Descalzos en lo que llamaban "provincia de Aragón". Se encargó de dicha tarea a Fray Rodrigo de Solís, el cual iba acompañado de "cincuenta Religiosos", todos ellos castellanos, para ser nombrados "Priores y Superiores de los Conventos, y Visitadores, que visitasen la Provincia".

Según Jordán, fue la devoción de los jericanos por San Agustín lo que llevó a fundar un convento en esta localidad.

Si bien previamente no existía, ni había existido, ningún convento de esta Orden en Jérica, sí lo hubo en la vecina de Caudiel, el cual fue clausurado en 1496 y se encontraba en el ermitorio dedicado a San Abdón y Senén (actualmente la ermita de San Roque de dicha localidad).

Por aquel entonces, en Jérica habían sucedido recientemente unos hechos de mucha importancia para la villa.

En 1550, tras la muerte del Duque de Calabria, quien tenía en posesión la Villa de Jérica, sus vecinos aprovecharon para pedir a Carlos I la incorporación al patrimonio real. Para tal tarea se eligió a Francisco del Vayo, Jaime de Villalba y Francisco de Aranda. Cuando, por fin, lo consiguieron, Carlos I ya había fallecido, era el 18 de noviembre de 1564, y el rey era Felipe II.

Quizás por ello, en cuanto los jericanos tuvieron conocimiento de la voluntad del rey de reformar la Orden de Agustinos, se apresuraron a pedir la fundación de uno como muestra de agradecimiento.

Así pues, el Jurado y Justicias lo hicieron saber al Obispo de Segorbe, Juan de Muñatones, quien también era Agustino y castellano, el cual dio la licencia correspondiente pidiendo a Fray Rodrigo de Solís que enviase religiosos para su fundación. Solís nombró Prior al Padre Fray Alonso de Soria, pero hasta que éste llegase se encargaría el Padre Maestro Ramos de dirigirlo.

En lugar reabrir el de Caudiel, se solicitó por los vecinos de esta localidad, los de Jérica y los de Benafer, que los bienes y rentas de éste, que se habían destinado al de Játiva, pasasen al de Jérica, llamándose exactamente igual, de Nuestra Señora del Socorro, de donde proviene el nombre de Socós.

La fundación se realizó sin el necesario permiso del Clero, encargando la defensa y jurisdicción a Francisco del Vayo.

El lugar elegido fue la iglesia de Nuestra Señora del Loreto, extramuros de la población, entrando en conflicto con el clero y capellanes de la Villa por la pretensión de los religiosos de usurparles su derecho de posesión de esta iglesia.

El 7 de octubre de 1570 se debieron haber solucionado estos problemas ya que los religiosos tomaron posesión y fundaban el convento.

Posteriormente, la ermita se trasladaría a su actual emplazamiento.

Los patronos fueron los siguientes:

- Juan de Muñatones, Obispo de Segorbe, quien, además, construyó en ese mismo año el Puente Nuevo sobre el río Palancia, muy cerca de la Cruz Cubierta, como dice la lápida conmemorativa que se encontraba en él.
- El Jurado y Justicias de Jérica.
- Don Roque Ceverio y Martínez de Luna. Casado con Dª Isabel de Valero, XIII Señora del Hostalejo.

El espacio que ocupaba todo el edificio una vez terminado era de 1600 metros cuadrados aproximadamente. Tenía todas las dependencia necesarias.

Como dice Jordán: "Tuvo este Convento en sus principios mucha familia: era Casa de Noviciado, y una de las más bien labradas, y acomodadas de la Provincia, con todas las Piezas, y Oficinas que componen un famoso Convento: la Iglesia, y Claustros es toda obra de sillería, con una linda torre, que le hermosea mucho."

De todo el conjunto solo queda la iglesia, la cual consta de una nave central con capillas a ambos lados de diferentes profundidades y distribuídas simétricamente.

Se encuentra dividida en cuatro tramos mediante arcos fajones y bóvedas de crucería. El primero de estos tramos correspondería al espacio del Coro, los dos centrales donde se encontrarían los feligreses y el último es el altar mayor.

En las capillas del lado del Evangelio se encuentra la sacristía.

En su origen, los pilares eran de sillería, como dice Jordán, y solo las paredes y las bóvedas estaban enlucidas y decoradas figurando sillares de piedra y otros elementos arquitectónicos.

La portada es manierista. Su acceso es mediante puerta de doble hoja, que se abriría en momentos solemnes o procesiones, con otras puertas menores. Estas puertas menores contienen símbolos agustinos: Un corazón atravesado por una flecha y el báculo de Obispo de Ipona de San Agustín junto con la Cruz Patriarcal. Sobre está, y en una hornacina, se encontraba una imagen en piedra de la Virgen del Consuelo, actualmente en el museo municipal.

El templo fue barroquizado en el siglo XVIII. Se enlucieron las zonas que no lo estaban para decorar sobre el yeso, colocando rocallas, ángeles, conchas y resaltando los ventanales, además de pintar y poner dorados.

Se simularon zócalos, cortinajes, elementos florales, etc., y se dio volumen a los espacios. Todo ello con colores muy vivos: amarillos, verdes, rojos, etc. Nicolás Ferrer y Julve, en 1899, dice en su libro Recuerdos de Jérica "Los dorados de los altares de la primera son excelentes y nada han perdido de su brillo, á pesar de las tristes vicisitudes por que han pasado".

También Carlos Sarthou cita en Geografía el Reino de Valencia, en 1910, que constaba de "...buenos altares, cuadros y esculturas de mérito. Entre los primeros hay algunos mal tratados, con una pésima restauración o ignorantes remiendos. Entre los segundos se conserva una buena escultura del valenciano Esteve Bonet. Los dorados de los altares con magníficos." También comenta que existía una representación de El Buen Pastor en el altar mayor y una Santa Mónica en una capilla lateral, un San Pablo sobre tabla, y el Entierro de Santo Tomás.

El 27 de agosto de 1714 se colocó el retablo de San Agustín en el altar mayor. Una talla de madera que ocupaba casi toda la pared y que tenía como figura principal una representación del santo vestido de obispo, pero del cual no se tienen fotografías ni descripción exacta de su composición.

En el altar mayor, junto al retablo, se encuentra el sepulcro de D. Roque Ceverio e Isabel de Valero, según su inscripción, realizado en mármol alabastro con las figuras yacentes de estos.

El convento fue entrando en decadencia entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Época de guerras y conflictos internos en España (Guerra de Sucesión, Guerra de Independencia, guerras en territorios de América, la sublevación del comandante Riego, etc). Si bien en 1656 contaba con 15 frailes observantes, después de 1820 contaba solo con 6.

El edificio empezó a deteriorarse. La torre había desaparecido y es posible que se construyese, en su lugar, la espadaña que se encuentra encima de la portada. El estado, en general, no era bueno.

En 1835, con la Desamortización de Mendizábal, en el punto 1º de su Real Decreto dice: " Quedan suprimidos desde luego, como se dispuso por la expresada determinacion, todos los monasterios de órdenes monacales, los de canónigos reglares de S. Benito de la congregacion claustral Tarraconense y Cesaraugustana; los de S. Agustin y los Premostratrenses, cualquiera que sea el número de monges ó religiosos de que en la actualidad se compongan". Así pues, el convento de agustinos de Jérica fue desamortizado.

Se hicieron tres paquetes. La iglesia, que quedó en manos del Clero; el convento, que se entregó al ayuntamiento para que fuese nueva casa consistoral; y las tierras, que se pusieron a la venta.

El ayuntamiento no utilizó el convento para nueva casa consistorial. En su lugar, fue utilizado como colegio y teatro.

Anteriormente a 1913 el convento fue demolido para que, "en aras al progreso", como cita Sarthous, se construyera una Plaza de Toros. Fue inaugurada el 11 de mayo de 1913.

Sin embargo, la plaza de toros, a su vez, fue demolida posteriormente antes de 1926 para construir en su emplazamiento el Colegio Público Navarro-Reverter. Tras la Guerra Civil, se reformó y pasó a llamarse Colegio Público Hermanos Gil Sorribes. En 1988 se trasladó a su actual emplazamiento y pasó a ser la Casa de la Cultura.

En cuanto a la iglesia, esta fue utilizada, pero al no tener ya frailes, su estado de conservación fue deteriorándose cada vez más.

Durante la Guerra Civil, el templo fue saqueado y utilizado como almacén. Se quemaron sus imágenes y tallas, entre ellas, el retablo del altar mayor. En 1938 el frente se encontraba en las inmediaciones de la población. Durante los días 18 (en dos ocasiones), 20 y 21, Jérica fue bombardeada por la aviación. Una de esas bombas impactó sobre El Socós, destruyendo la mitad de la cubierta de la nave central así como el coro.

Tras la contienda, el templo quedó en ruinas y en desuso. Regiones Devastadas no intervino en su recuperación, tampoco el Clero.

Tras su desacralización, el 26 de febrero de 1962 fue vendida a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos por un precio de 100.000 pesetas, utilizándose como almacén.

En el altar mayor se colocó un triturador de cereal. Las naves de la Epístola se utilizaron como silos de almacenaje y como nevera para mantener la leche de las vacas antes de su venta y como congelador para la venta de hielo. Las naves del Evangelio fueron separadas del templo, unidas entre sí e incorporadas al colegio, pasando a ser el comedor escolar, a excepción de la primera, que fue primero vivienda y, poco tiempo después, aula del colegio.

A finales de la década de los setenta, se abandonó su uso como almacén. Su estado era de un deterioro muy avanzado, casi en estado de ruina.
En 1982, el ayuntamiento entró en negociaciones con la propietaria del edificio, por aquel entonces la Cámara Agraria Local, para convertirlo en un centro cultural. Pero las discrepancias surgidas en el acuerdo, no hicieron posible que llegase a buen puerto.

En 1995, las propiedades de las Cámaras Agrarias Locales de la Comunidad Valenciana pasaron a manos de sus ayuntamientos, por lo que El Socós pasó a ser del consistorio jericano. El 30 de marzo, dejó de ser calificado como almacén para poder ser utilizado según se pretendía.

En 1996, la Escuela Taller Torre de la Alcudia realizaba trabajos para acondicionar el edificio, pero dada su complejidad se tuvo que buscar una solución integral y de mayor envergadura.

En 2000 se adecuó la primera capilla del Evangelio como oficina de turismo.

En la noche del 12 al 13 de septiembre de 2004, una de las cúpulas de la Epístola, tras unas intensas lluvias, se hundió. Pocos meses después, en las mismas circunstancias, una segunda bóveda también se hundía.

No fue hasta el año 2007 cuando se realizó la consolidación definitiva de El Socós. Para ello se destinaron 481,555,48 euros para las obras y acondicionamiento; de los cuales 361.166,61 euros los aportó el Ministerio de Fomento del 1% de la inversión de la construcción de la A-23 a su paso por el término de Jérica destinados a fines culturales.

Básicamente consistieron asegurar las decoraciones en escayola que se conservaban, enlucir las paredes (para lo cual desaparecieron las policromías que quedaban), colocar nuevo pavimento y cambiar la cubierta de fibrocemento que tapaba el hueco causado por la bomba y retejar. También se puso un sistema de iluminación, climatización y megafonía.

Se descubrieron inscripciones en el acceso al púlpito, grafitos en el altar mayor y la pintura que representa a San Agustín, Santa Mónica, San Ambrosio y a otro personaje en el momento que San Agustín se bautiza, ubicada sobre la puerta de acceso a la sacristía.

El Centro Socio Cultural "El Socós" es, en la actualidad, uno de los edificios más emblemáticos de Jérica. En su lugar se han hecho exposiciones de todo tipo, charlas, conferencias y bodas civiles, entre otros.

Autor: David Navarro.
Resumen del estudio "El Socós. De Convento de Agustinos a Centro Socio Cultural", publicado en la revista digital Pallantiae Documenta (pallantiaedocumenta.blogspot.com)
Publicado con permiso del autor.



ImageFases Históricas de la Iglesia del Socós