La villa de Jérica posee un vasto patrimonio, tanto mueble como inmueble por todos conocido, este legado ha llegado hasta nosotros a través de los siglos y ha cautivado muchas personas que han dedicado parte de su tiempo en estudiar y contribuir al conocimiento de la historia de esta población.

El nacimiento del Museo surgió ante la necesidad de recopilar y reunir en un recinto adecuado una serie de objetos arqueológicos y etnológicos que se encontraban esparcidos por la villa y alrededores. La sensibilidad de algunas personas, sobre todo aquello relacionado con el pasado de Jérica, hizo posible este proyecto con pocos medios pero con gran voluntad e ilusión.

Por el año 1946 es D. Salvador Llopis, Doctor en Ciencias Históricas, el que se encarga de llevarlo a cabo. Se instala en los bajos del Ayuntamiento en donde se exponen lápidas romanas y algunos elementos constructivos de la misma época, junto con otros objetos y tallas religiosas. En documentos referentes al Museo que obran en el Ayuntamiento, existe un acta de entrega con fecha 26 de Septiembre de 1946 firmada por el alcalde Juan Minguez, el concejal Jesús Cortés y el secretario, así como el apoderado del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional en la que se enumeran 49 apartados en donde se describe el tipo de objeto que se dona al museo y en algún caso su procedencia. Este es el primer inventario que se conserva de los fondos del museo.

El inicio de esta andadura será continuado por D. Vicente Maiques Casañ que toma el relevo de Llopis y junto al Alcalde D. Salvador Mínguez se encargarán de engrosar los fondos del museo tanto con donaciones de particulares como con la compra de objetos en anticuarios de Valencia. También es él quien se encarga de la colocación y distribución de las lápidas en el patio exterior que hay al entrar al Ayuntamiento, tal y como se ven actualmente, y que, en la actualidad, están pendientes de traslado al nuevo edificio. El siguiente inventario que se realiza es ya de 1966 y lo titula; Breve Relación de los Fondos Histórico Artísticos del Museo Municipal de Jérica. Un dato importante es la declaración de este museo como Monumento Histórico- Artístico Nacional por Decreto 474/1962 el 1 de Marzo en el Boletín Oficial del Estado con fecha 9 de Marzo de 1962.

Después de estos años fructíferos para el museo se pierde un poco en el olvido y tan solo algunas personas del pueblo se preocupan en donar objetos.

En cuanto a lo que se refiere a los trabajos realizados en el Museo hay que decir que se ha realizó el inventario de las piezas existentes para el Servicio Valenciano de Inventarios. Este consiste en la confección de fichas únicas y exclusivas para cada objeto, tanto arqueológico como de arte. En la actualidad hay inventariados unos 476 objetos, practicamente la totalidad de todos los fondos. Los documentos e inventarios antiguos han sido de indudable valor para la confección de las fichas, ya que en ellos aparecen datos valiosísimos sobre las piezas que han sido reflejados en las mismas.

El museo cuenta con una gran variedad de objetos. Destacaremos La Colección Epigráfica donde predominan lápidas funerarias. Estas guardan una similitud estilística que las hace pertenecer al mismo taller u officina lapidaria de carácter local o rural que estaría situado en los alrededores de la población. Proceden de distintas partidas de los alrededores de Jérica: Navarza, la Cruceta, El Partidor, Cuaranta. Algunas de ellas estaban colocadas antiguamente en las fachadas de las casas y luego fueron trasladadas al museo para su exposición. La cronología de todas ellas se engloba entre los siglos I y II d. C., el soporte en que están realizadas es caliza gris local y todas presentan rasgos comunes como: el tipo de piedra, la forma, la molduración, la representación arquitectónica figurada aedicula y algunos aspectos paleográficos (tipo de letra).

Uno de los epígrafes es considerado como único dentro de su género, se trata de una lápida conmemorativa en donde se menciona el coste de un arco (40.000 sestercios). La traducción dice: QUINTIA PROBA PARA SI Y PARA PORCIO RUFO Y PORCIO RUFINO, HA LEVANTADO EL ARCO Y HA SUPERPUESTO LAS ESTATUAS, POR VALOR DE 40.000 SESTERCIOS. LO HA HECHO ERIGIR (¿) POR TESTAMENTO. La inscripción debió estar situada en el entablamento del arco a la altura del friso. Es la única pieza epigráfica que hace referencia en Hipania sobre el coste de un arco, por lo que esta es muy importante. Además está hablando de una familia adinerada que posee una solvencia económica importante como para permitirse la construcción de un monumento. De hecho fue solicitada por el Museo de Prehistoria de Valencia para la exposición titulada " Els diners van i venen" celebrada de Marzo a Junio del año 1999, puesto que está obrada en la pared un restaurador realizó una copia de la misma que se colocó en la exposición.

Otra de las piezas importantes del Museo es el Retablo de San Jorge, pertenece al estilo denominado gótico internacional, su autor es Berenguer Mateu, quien lo pintó, por encargo de la, por entonces, Cofradía de San Jorge, entre finales de 1430 y el mes de junio de 1431. Se encontraba en la iglesia de San Jorge, actualmente conocida como de la Sangre de Cristo. La obra representa diferentes escenas de la vida y martirio del Santo, se disponen en tres calles, dos laterales y una central donde se representa la batalla del Santo con el dragón, por último coronando la calle central una escena de la Batalla del Puig. El retablo posee un gran valor, tanto pictórico como simbólico, la leyenda se explica con varios pasajes que encierran el simbolismo del bien y del mal, de lo religioso y lo profano.

De todos es sabido el estado en que se encontraba la pintura, tras unas pequeñas reparaciones que se realizaron años atrás, por fin podemos gozar del esplendor y colorido de la obra casi como recién salida de la manos del pintor. El equipo de restauración del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia ha sido el que ha realizado este magnifico trabajo que pudo ser visto en mayo de 2000 en el día de los Museos, figurando como obra central en una de las salas, y fue colocado como uno de los principales que se habían restaurado.

Por último hablaremos de la colección de azulejería y cerámica. Se trata de una colección modesta pero donde están representadas piezas de azulejería desde el s. XIV al XIX. Se encuentran enmarcados en paneles o individualmente los azulejos valencianos en azul cobalto, los azulejos renacentistas de origen Sevillano y Toledano, los barrocos floreados, la iconografía religiosa y los del s. XIX. Estas piezas fueron adquiridas por el museo mediante donaciones de particulares y también compradas por D. Vicente Maiques.

En la misma sala se encuentran las vitrinas que albergan una muestra de recipientes cerámicos de Valencia y Teruel. Se exponen piezas propias de la vajilla de mesa, tales como: escudillas, cuencos y platos de cerámica de Paterna y Manises decoradas en azul cobalto de los siglos XIV y XV. Los motivos son variados y consisten en los propios de la loza azul de las series geométrica, figurativa, estilizada y epigráfica. Estas piezas se adquieren mediante donaciones de particulares y de D. Vicente Maiques y fueron restauradas por D. Florencio Ramón Ruiz (escultor restaurador de Burjasot) en los años 1963-1964.

También se encuentran en otra vitrina recipientes variados de cerámica Turolense decorada en verde y manganeso. Las cronología de estas piezas abarca desde el s. XIII al XIX y las formas son recipientes de vajilla de mesa (plato, jarra, escudilla) y de uso doméstico (morteros). Las decoraciones son vegetales y esquemáticas, destaca la piña persa, y las hojas de helecho.

La cerámica de reflejo dorado se expone también en esta sala y hay una muestra de los siglos XV, XVI y XVII, es una cerámica valiosa debido a la dificultad que implica su proceso decorativo pasando varias veces por el horno. Destacan dos escudillas llamadas de "la monja" cuyo motivo decorativo es un ángel con falda y alas explayadas en el anverso, tienen una cronología de mediados del siglo XV, y una escudilla con asas u orejetas con el fondo punteado del finales del s. XVI y pp. Del XVII, todas fueron restauradas en 1964 por D. Florencio Ramón.

Los motivos vegetales y florales son los que predominan en los anversos de las escudillas: las hojas de helecho, hojas de cardo, hojas estilizadas, rosas de cuatro pétalos o góticas, flores de cardo en capullo, hojas rayadas. A veces junto con estos o por separado hay motivos geométricos, retículas, bandas, filetes, radios, puntos, orlas esquemáticas, cadenetas etc.

Todas las piezas que se encuentran en los fondos del museo hasta ahora procedían de donativos y compras, esperamos que los fondos aumenten en un futuro depositándose los objetos procedentes de las excavaciones que se van a llevar a cabo. Así mismo desde aquí hacemos un llamamiento a todas las personas que posean piezas que tengan un valor histórico o arqueológico para que hagan entrega de ellas al lugar más idóneo: el Museo. Como ejemplo hemos de mencionar la última adquisición que se ha realizado, se trata de un fragmento de lápida funeraria de época romana donada por la familia Perelló Alfaro que se encontraba en un campo de su propiedad. En ésta se puede leer S EST, dentro de un campo epigráfico cerrado con una doble moldura, la parcialidad de la misma nos dificulta la lectura, solamente sabemos que se trata de un epígrafe funerario por la formula que se conserva (HIC SITUS EST), cuya traducción dice Aquí está enterrado, o Aquí yace.

Agradecemos a la familia esta donación y esperamos que sirva de precedente a aquellas personas que posean alguna otra lápida u objeto, para que puedan ser contempladas por todos los que visiten el museo. Como documento acreditativo se realizó un acta de entrega en depósito garantizando el cuidado de la misma, la confección de la ficha correspondiente para el Servicio Valenciano de Inventarios y la adecuación en un lugar en el Museo.

El 18 de octubre de 2014 se inauguró el nuevo museo de Jérica, sito en la Calle Cuesta de Zalón junto a la Iglesia de Santa Agueda. Estas instalaciones, a diferencia del anterior emplazamiento, cuentan con un espacio mayor de exposición, pudiendo dedicar una sola sala de gran dimensión para el retablo de San Jorge, otra de igual dimensión para audiovisuales y el Pendón de la Reconquista. Además, se ha dedicado un espacio para el Marqués de Novaliches, con piezas como sables y objetos procedentes de Filipinas. En la actualidad, se han trasladado la mayoría de piezas, quedando pendiente la colección epigráfica romana y otros objetos hechos en piedra de gran volumen o peso.

El patrimonio histórico de un pueblo debe ser respetado y disfrutado por todos, debemos contribuir a ello utilizando este vehículo de exposición que es el Museo y continuar con la labor de aquellos que creyeron hace más de medio siglo en la idea de que era un buen proyecto para la villa de Jérica.

Los fondos museísticos de Jérica fueron declarados Monumento Histórico Artístico Nacional en 1962, Colección Museográfica Permanente en 1969  y Bien de Interés Cultural (DOGV 4905) en 2004